¿Te desvelo todos los secretos sobre la Alimentación infantil?

¿Alguna vez te has preguntado cómo sobrevivieron los bebés y niños pequeños antes de la existencia de los potitos, cereales infantiles y demás productos especializados para la alimentación infantil? Pues bien, permíteme contarte una historia fascinante sobre cómo surgió esta industria millonaria y cómo, quizás, nos han estado engañando todo este tiempo.

Imagina que estamos retrocediendo en el tiempo, hasta los años 20 del siglo pasado. En aquella época, no existía nada llamado «alimentación infantil» como categoría separada. Una vez que los bebés eran destetados, alrededor de los 3 o 4 años, simplemente comían lo mismo que los adultos, con algunas adaptaciones lógicas de textura y tamaño para evitar atragantamientos.

¿Te sorprende? A mí también me dejó boquiabierta cuando lo descubrí.

Necesidad de la alimentación infantil

Aquí surge la primera pregunta inquietante: ¿por qué necesitaríamos una alimentación tan radicalmente distinta para los niños en comparación con los adultos? Si la especie humana ha sobrevivido durante miles de años sin las marcas como Hero, Gerblé, Nestlé o Blevit, ¿cómo es posible que de repente nuestros hijos e hijas no puedan vivir sin estos productos?

Durante mucho tiempo, la alimentación infantil se catalogó como una «dieta blanda», al igual que la de las personas ancianas o enfermas. De hecho, al observar la amplia gama de productos diseñados para la alimentación infantil, uno tiene la sensación de estar leyendo un prospecto farmacéutico, como si nuestros pequeños estuvieran enfermos y necesitaran ser «medicados» en lugar de simplemente alimentados. ¿No te parece un poco alarmante?

Pero espera, hay más. En España, nada menos que el 35% de la alimentación infantil se sigue vendiendo en las farmacias. ¿Puedes creerlo? Es como si nos estuvieran diciendo que nuestros hijos necesitan un tratamiento especial, en lugar de una simple y nutritiva comida casera.

Un nuevo mercado

Entonces, ¿cómo lograron estas empresas crear un mercado completamente nuevo y convencernos de que necesitábamos sus productos? Básicamente, nos hicieron creer que eran mejores que la alimentación casera porque estaban «adaptados» a las necesidades de nuestros hijos. Además, nos vendieron la idea de la practicidad y el ahorro de tiempo, convirtiéndolos en la receta perfecta para la creación y expansión de este mercado.

Desde entonces, y adaptando ligeramente el discurso a las nuevas tendencias de consumo, la cosa se mantiene inalterable. Es como si hubiéramos olvidado por completo cómo se alimentaban los niños en el pasado, como en los mitos y leyendas que nadie recuerda cómo comenzaron.

Pero aquí viene lo más preocupante: ¿y si resulta que estos productos supuestamente «diseñados para cubrir las necesidades infantiles» son, en realidad, altamente procesados, con escaso valor nutricional (cuando no claramente insanos), de mala calidad y muy alejados de las bondades incuestionables de la alimentación casera adaptada? ¿No te parece una estafa monumental?

¿Recuerdas cómo se denostaba y vilipendiaba la lactancia materna en favor de las fórmulas lácteas industriales, utilizando los mismos argumentos que ahora se usan para los productos sólidos? Pues bien, algunos indicios apuntan a que estamos a las puertas de un cambio similar, donde la alimentación casera será reconocida como indiscutiblemente mejor y protegida frente a la industrial.

¿Cuanto puede durar un timo?

Los timos pueden durar mucho tiempo, afectar a mucha gente y llevarse mucho dinero, es cierto. Pero la historia nos enseña que, al final, el truco siempre es descubierto y el trilero, señalado. ¿No crees que es hora de abrir los ojos y cuestionar esta industria que nos ha estado engañando durante tanto tiempo?

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¿Estás listo para unirte a esta revolución alimentaria y recuperar el control sobre lo que comes tú y tus hijos?

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Este articulo esta escrito a partir de un libro «Mi primer veneno» te aconsejo de leer es muy interesante.

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